¡Deja las dietas, cambia tu estilo de vida y alimentación!

Comer delicioso y sabroso, despierta uno de nuestros más preciados sentidos, pero una cosa es comer, otra es alimentarse y otra darle gusto sin rienda suelta al cuerpo con los manjares.
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Comer delicioso y sabroso, despierta uno de nuestros más preciados sentidos, pero una cosa es comer, otra es alimentarse y otra darle gusto sin rienda suelta al cuerpo con los manjares. La próxima vez que vayas a comer, disfruta; sin embargo no olvides que nuestro cuerpo es algo así como un templo, un recipiente en el que reside un alma y aunque se desgastará y lo abandonaremos, esto no quiere decir que debemos maltratarlo o descuidarlo.

Así como tener buenos pensamientos, acciones y palabras cuenta para llevar una vida más plena, así también, nuestro cuerpo -que es una gran máquina perfecta y compleja viviente- entre menos excesos tenga funcionará de una manera más adecuada y será todavía más placentera nuestra experiencia humana.

Más allá de tener a las modelos que vemos en revistas, programas de televisión y anuncios como un patrón anhelado a seguir, debemos detenernos y pensar qué es bueno para nosotros, qué debemos evitar y cómo fortalecer y mantener ese gran traje saludable. Cuida de tu cuerpo. Es el único lugar donde tienes que vivir.

Todos en algún momento caemos en el afán de estar delgados por vanidad y no me digan que no. El detalle es que casi nunca consideramos estar en forma por nuestra salud, para sentirnos bien, funcionar mejor. Desde niño fui gordito, bueno, en mi época a eso le llamaba un "niño sano". Si estabas rellenito y rebosante entonces eras "saludable". Gracias a la vida hoy sabemos que la gordura no es saludable y conocemos muy bien todas las posibles enfermedades y riesgos que corremos cuando estamos pasaditos de peso. También sabemos que estar delgado tampoco es sinónimo de salud, porque podemos estar desnutridos; como vemos, todo nos lleva a saber alimentarnos.

Obviamente, siempre queremos que todo sea rápido y tomar una pastilla o algo que nos haga el milagrito y amanezcamos con el cuerpo de Barbie o Ken. Pero no es así y es cuando vemos la risa llorar. Recurrimos a cientos de productos milagrosos que anuncian en la televisión y vemos a las señoras con unos zapatos que supuestamente les ayudarán a bajar de peso, pero comiéndose sus taquitos en la esquina. (¡Óigame noooo!) O bien, compramos máquinas que terminan de adorno en el patio o quitando espacio en la casa; así como pastillas y cantidad de cosas que al final nos damos cuenta que no son más que falsas promesas.

Yo te pregunto: ¿Comes para vivir o vives para comer? Si has notado que tu ropa te queda muy apretada, es momento de implementar estrategias para reducir el peso, no te dejes engordar más. Si quieres perder peso olvídate de las "dietas de hambre", tan solo es cuestión de adoptar nuevos hábitos que incluyan alimentación y ejercicio, de crear un nuevo estilo de vida. El cambio de peso no es lo que necesitas, sino uno de estilo de vida y alimentación. En la actualidad, muchos expertos están ahora de acuerdo en que hacer dieta puede, en realidad, hacer que engordes. Ya ves que lo que fácil se va, fácil regresa, así que la cosa es aprender a alimentarnos, no solo comer por comer.

Luego de haber probado decenas de cremas reductoras, cientos de piquetes en mi abdomen, las ampollas de alcachofa, la faja que te hace sudar, aparatos, técnicas y hasta pastillas medicadas para bajar de peso, entendí que la única manera de bajar y mantenerse es aprendiendo a comer y hacer ejercicio. No hay más. Porque aunque por años hice ejercicio y literalmente dejaba mi alma en las máquinas, al no saber bien siempre estaba arriba de mi peso para mi estatura y edad.

La gracia es no matarse de hambre, saber cuántas veces al día debemos comer y qué se puede comer, me refiero a la mezcla de alimentos, que es por lo general en donde radica el mal, ya que mezclamos varias cosas de las mismas y de ahí pues que el cuerpo acumule en grasa esos alimentos.

Si tan solo hubiera querido entender eso hace tantos años atrás, me hubiera ahorrado mi buen dinero, el sacrificarme a dejar de comer cosas que me gustaban y años de estar subiendo y bajando de peso constantemente.

Es por eso que hoy, independientemente de algunos casos cuyo peso es producto de algún padecimiento, te comparto, como coach, algunos pasos que debes considerar para lograr cambiar tu estilo de vida con una buena alimentación y ejercicio. No te puedo dar consejos específicos sobre nutrientes porque no es mi campo, (para eso te recomiendo seguir en twitter a Alejandro Chabán, @alejandrochaban, quien tiene un sinfín de atinados consejos sobre el tema) pero sí te puedo decir cómo empujarte y mantenerte hacia el peso que siempre has deseado.

¿Cómo lograr cambiar tu estilo de vida a uno saludable? Considera lo siguiente:

dentifica de primero la causa. Siempre hay una detrás del porqué las personas comen más de lo que deben. Es importante diferenciar si se trata de hambre emocional o hambre física. Una de las principales causas de obesidad es comer porque estamos aburridos, deprimidos, tristes o nerviosos. Si tú comes por cuestiones emocionales, tu cuerpo nunca se sentirá satisfecho, siempre va a encontrar "consuelo" en la comida. ¡Aguas!

Identifica cuáles son los momentos y las circunstancias en las que experimentas hambre o ansiedad. Si hay algunas conductas o comportamientos que te llevan a comer compulsivamente sin hambre o simplemente por costumbre. Y crea algunas reglas para que cuando esto suceda tu puedas salir bien librad@, sin caer en la tentación.

En una sesión de coaching, una chica que era muy guapa y había tenido siempre un buen cuerpo, se preguntaba por qué se había descuidado tanto y en un abrir y cerrar de ojos la balanza confirmaba lo que el espejo: el sobrepeso. El caso es que luego de varias sesiones ella descubrió que siempre, desde niña, todos sus familiares, incluyendo a sus padres, le dedicaban elogios y piropos a ella --por ser como una princesita salida de un cuento de Disney-- y a su hermano lo hacían a un lado, casi era como si no existiera. Después de varias sesiones ella llegó a descubrir y aceptar que había engorado porque ya no quería tener la atención de toda la familia para que así quisieran a su hermano, por eso ella se hacía daño comiendo, pero no era consciente de esto. Increíble pero cierto. Muchas veces la obesidad es el reflejo de grandes carencias emocionales, sentimentales, autoestima y demás; entonces hay que sanar esas situaciones y paralelamente trabajar la pérdida de peso. Si necesitas ayuda para descubrir esta causa, deja que un profesional en coaching o en otra terapia te ayude. Además, un coach te ayudará a ganar el control y responsabilidad sobre tu salud.

Aprende y haz ajustes. Para que esto suceda debe existir una conciencia real de que deseas sentirte mejor y como consecuencia te verás mejor. El cuerpo es como recipiente al cual le puedes echar agua pura y cristalina o cualquier cosa y entonces esa agua se ensuciará y traerá consecuencias al organismo. Si tienes esa conciencia de que no viniste a esta vida a dedicarse a maltratar tu traje, que debes mantenerlo en buenas condiciones y que debes nutrirlo, no comer por comer, entonces buscarás un profesional de la nutrición que te establezca un programa de pérdida de peso por objetivos específicos, el cual irás logrando cada semana o de semana por medio, con metas reales. No pretendas bajar 15 kilos en 5 días. Hay que aterrizar y ser honestos con nosotros mismos y saber que todo toma tiempo, así como que todo, afortunadamente, es posible.

El especialista te dirá cual es el rango de peso en el que debes estar, déjale saber deseas aprender a comer, en vez de utilizar la palabra dieta. La dieta es para un período y puede funcionar por un tiempo pero como el cuerpo tiene memoria querrá volver a las andadas y será muy fácil que usted se resbale de nuevo sin querer queriendo. Ten claro que las dietas de hambre no funcionan. El cuerpo se acostumbra y, al dejarlas, se produce el efecto rebote, recuperando el peso.

Diviértete camino a tu meta. Por ejemplo, si no te gusta un alimento, trata nuevas formas de prepararlo o intenta con otros que tengan las mismas propiedades nutritivas.

Cuando te pase por la mente de abandonar tu misión, pregúntate para qué deseas perder peso y mejorar tu relación con el ejercicio, piensa en: "quiero tener mejor condición física y lucir bien", "quiero tener mejor energía", "elijo estar saludable", "quiero que la ropa se adapte a mi correctamente y verme bien". Estas respuestas te darán la motivación e impulso para continuar.

Pregúntate siempre qué pasará si no haces los cambios necesarios, piensa en los riegos, en las posibles enfermedades, las consecuencias en tu vida, para con tu trabajo, con los seres queridos. Haz una lista a conciencia. Y además piensa en todas las ventajas que obtendrás si llegas a la meta y te mantienes.

Cuando vayas al supermercado, evita rondar los pasillos en donde sabes que hay tentaciones. La sociedad tiene los valores invertidos: preferimos comprar cosas que no necesitamos a invertirlo en alimentos valiosos nutricionalmente. Recuerda se trata de alimentarnos, que hacer que nuestro organismo mejore y no de comer por comer.

Déjale saber a tu nutricionista qué es lo que comes, qué no comes, qué no te gusta y qué deseas que no te suprima de tu alimentación, quizás habrá que limitarse un poco por algunas semanas, pero luego, cada cierto tiempo podrás comer eso que tanto te gusta. La idea es disfrutar, no sufrir.

Si aprendes a comer, será más fácil porque entonces tus hábitos alimenticios cambian y puedes comer de todo, pero balanceado, sabiendo qué evitar y qué sería mejor suprimir del todo.

Recuerda que cuando hacemos todo porque queremos es más fácil que cuando nos obligan. Debes desear sentirme mejor y alimentar a su organismo para nutrirle no solamente para darle gusto de comer todo lo que se le ponga por delante y le llame la atención.

Los planes alimentarios deben ser personalizados. Eres único o única y lo que funcione a tu hermana, prima, sobrina o abuela no es lo mismo que funciona en ti.

Cuando estés en el programa de adelgazamiento no tengas tentaciones en tu casa. Las papas fritas, refrescos gaseoso, galletas, dulces, postres no te ayudan.

No comas cuando no tienes hambre, es muy sencillo decir: "no, gracias, no me apetece...".

Si un día te excedes con la comida, no hay problema. Compénsalo con un poco más de ejercicio los días siguientes. Y claro está, por ejemplo, a la hora de la comida o almuerzo, si te excediste, trata de que lo que comes en la noche sea mucho más ligero.

Aprende a escuchar a tus amigos y a los cómplices. Convierte a los cómplices en amigos. Los cómplices son los que te dicen: "pero si solo es por hoy, nada te va a pasar, cómetelo". Claro, ellos no respetan su cuerpo y tú, a partir de ahora, sí. Entonces, ve a comer con tus amigos, que te dirían algo así: "cenaremos acá porque tienen de lo que puedes comer y te queremos ver saludable y rebosante de alegría con tu nueva figura".

No tengo que ser experto en nutrición para decirte que si lo que pretendes es adelgazar, debes disminuir el consumo de harinas refinadas, postres, golosinas y azúcar, especialmente en la noche.

Si quieres tener una vida saludable y retrasar el envejecimiento realiza, además de una alimentación inteligente, harás ejercicio regularmente. Elimina los pretextos que por el trabajo o el tiempo no puedes ejercitarte, reajusta los horarios, levántate más temprano, compra una aplicación y tenla en tu tableta, celular o computadora y haz ejercicio en casa, pero hazlo. Si el ejercicio aún no forma parte de tu estilo de vida, empieza hoy mismo. Sólo se necesitan 3 semanas para que se convierta en un hábito. Además, el ejercicio moderado puede aumentar hasta en 4-5 años las expectativas de vida.

Elige bien a los profesionales que te ayudarán en tu proceso. Alguien congruente que con lo que dice y hace, que te motive. ¿Qué tal ir a donde un especialista en nutrición que tiene unas cuantas libras de más o un entrenador que no tiene un cuerpo atlético y está pasado de peso? Se trata de motivarse, y aunque no debemos compararnos, el saber que nuestros guías tienen una buena apariencia cuenta, créamelo.

Lleva un control de tus logros semanales y recuerda que si te sientes motivado y con una actitud positiva, te resultará más fácil alcanzar tus objetivos para perder peso. Busca motivarte, cuando hayas bajado de peso darte un premio, pero no un postre o comida, sino algo que tú deseas y que te mereces por haber logrado una meta.

Pregúntale a tu experto en nutrición porque sé que los alimentos, cuando se cocinan, pierden nutrientes. Por eso necesitamos comer algunos alimentos crudos a diario.

Aprender a comer es realizar al menos 5 comidas al día, incluyendo frutas y verduras. Esto acelera el metabolismo y es mejor que comérselo todo en una sola sentada.

¡Adelante! Solo da el primer paso, es para beneficio de tu salud. La calidad de tu vida depende de tus hábitos. Sustituye tus hábitos malos y evitarás consecuencias no deseadas.

Adelgazar es una tarea sencilla cuando sabes que es mejor combinar un poco de ejercicio con una buena alimentación.

¡Y recuerda: a sonreír, agradecer y abrazar la vida!

Y este 2013, ¡a Vivir, gente! VIVIR.

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