Educacion y Ciudadania Democratica en Colombia

Educacion y Ciudadania Democratica en Colombia
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Las escuelas públicas son el resultado de la Ilustración, un movimiento filosófico que extendió la revolucionaria idea de que la gente común puede gobernarse a sí misma, mejorar sus propias circunstancias y, en colaboración con otros, hacer que sus comunidades progresen.Los filósofos de la Ilustración tenían gran esperanza en el poder de la razón humana, apoyada de la ciencia, para ayudar a las personas a gobernarse a sí mismas y mejorar el mundo en que vivian.La democracia, una forma de gobierno del pueblo y para el pueblo, es también el resultado de la Ilustración.La democracia como forma de gobierno se desarrolla concurrentemente con la idea de que todas las personas tienen los mismos derechos, que derivan de su condición de seres humanos, fundamentalmente iguales.Las escuelas públicas se inventaron para ayudar a todas las personas a desarrollar las capacidades para gobernarse a sí mismas, para ayudarlas en el desarrollo de sus facultades racionales y de la capacidad para actuar en base a una comprensión científica del mundo, para que pudieran mejorarlo, y para ayudarlas a comprender y mantener un contrato social democrático que avanzara los derechos humanos de todos, basada en la ponderosa idea de la igualdad fundamental entre todas las personas, esencial a la democracia.

Es por estas razones que los líderes de la independencia en América Latina tuvieron gran interés en el papel de las instituciones educativas en la construcción de un espíritu democrático.Ellos entendieron que la democracia requiere ciudadanos democráticos.Uno de esos líderes, Francisco de Miranda, quien participo en las batallas por la independencia de Francia, Estados Unidos y América Latina, estudio con interés las universidades más avanzadas en varios países en su época, reuniéndose con los rectores de Yale y de Harvard en su viaje a los Estados Unidos. Establecido en Londres, Miranda recibió en 1810 a la delegación de Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez, para obtener apoyo al movimiento independentista. Allí Miranda les presento al profesor José de Lancaster, quien había desarrollado un Sistema educativo que permitía educar a niños de bajos ingresos a bajo costo. Bolívar comprendió la importancia de lograr una escuela para todos y le ofreció a Lancaster llevarlo a Caracas a desarrollar su método, cosa que hizo entre 1825 y 1827, trabajando en la primera escuela normal de Caracas, casándose allí, donde Bolívar acudió a su boda. Bolívar comprendió, al igual que Thomas Jefferson, Benjamín Franklin, Andrés Bello, o Domingo Faustino Sarmiento (el fundador de la educación pública en América del Sur), que la vida democrática depende de la cultura democrática de los ciudadanos, y que las personas no nacen con las competencias que permiten la vida en democracia, sino que adquieren y desarrollan esas competencias en la escuela y como resultado de las practicas democráticas mismas.

La democracia como forma de vida es un proceso en continua evolución. Su genio reside precisamente en la confianza que pone en la capacidad de la gente común para perfeccionarla continuamente, para avanzar el arco de la justicia hacia una mayor inclusión y hacia el avance continuo de los derechos humanos de todos.La historia de la educación pública, al igual que la historia de la democracia misma, por lo tanto, es una historia de mejora continua de las capacidades de las escuelas y de los maestros para equipar a los ciudadanos con las competencias necesarias para que la democracia funcione.Cuando las escuelas excluían a los niños de minorías étnicas, como lo hacían en un tiempo con niños afroamericanos en los Estados Unidos, o con niños indígenas en América Latina, quienes avanzaron las aspiraciones democráticas desafiaron a la escuela a educar también a estos niños.Cuando las escuelas segregaban a niñas y niños, preparándolas de forma diferente para seguir roles preestablecidos de las sociedades patriarcales, quienes avanzaron las aspiraciones democráticas desafiaron a las escuelas a ofrecer igualdad de oportunidades a niñas y niños para aprender lo necesario para escoger su propia vocación y ocupación.Cuando las escuelas ofrecen oportunidades desiguales para aprender a niños de orígenes socioeconómicos, quienes han avanzado sus propósitos democráticos han desafiado a las escuelas a dar a todos los niños las mismas oportunidades de aprendizaje y de acceder a una educación de calidad.

El avance de la trayectoria de las escuelas a lo largo del arco de la justicia democrática ha implicado también asegurar que estas ayudaran a los estudiantes a desarrollar las competencias que son esenciales para vivir en una sociedad democrática, aquellas que afirmen la igualdad de derechos de todos. Esto incluye la enseñanza de los marcos jurídicos que sustentan el Estado de Derecho, enseñar a los estudiantes a razonar éticamente, y enseñarles a vivir juntos en formas ajustadas a las normas de una sociedad democrática, de respeto al otro y a sus derechos. La efectiva educación para el desarrollo de las competencias para el ejercicio de una ciudadanía democrática requiere de programas de estudio bien diseñados, y de buenos programas de formación de profesores para que estos puedan desarrollar oportunidades de aprendizaje eficaces. En los Estados Unidos, por ejemplo, la organización Facing History and Ourselves es una institución pionera en el diseño de programas de formación ciudadana y de preparación de maestros en el ejercicio de pedagogías para la educación democrática. Sus programas ofrecen a los estudiantes oportunidades de reflexionar en profundidad sobre coyunturas históricas en las que las acciones de individuos avanzaron los derechos humanos, o no, estudiando por ejemplo la ruptura del hilo democrático en la República de Weimar, y el surgimiento del nazismo, que llevo al Holocausto. Facing History busca apoyar a los jóvenes a desarrollar las competencias para tomarse a sí mismos en serio como actores históricos, para tomar partido en el ejercicio de la democracia, en vez de ser espectadores pasivos.

Durante las últimas dos décadas, Colombia ha hecho avances extraordinarios en la promoción de la educación para el ejercicio de la ciudadanía democrática.Estos han incluido el desarrollo de estándares nacionales para el desarrollo de competencias para la ciudadanía democrática, la inclusión de evaluaciones de conocimientos y habilidades para la ciudadanía democrática en las evaluaciones nacionales de desempeño estudiantil.Con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, Colombia lideró, bajo la dirección de la entonces Ministra de Educación Cecilia María Vélez, la creación de un observatorio latinoamericano de la educación democrática que apoyo la evaluación de las capacidades democráticas de los estudiantes, y la identificación y difusión de programas de Educación democrática en varios países Latinoamericanos.Colombia cuenta con una sólida red de investigadores y profesionales dedicados a estudiar y promover la mejor forma de educar a niños y jóvenes para el ejercicio de la ciudadanía democrática, quienes han destacado la importancia del clima escolar, y el papel nocivo de la violencia escolar, en la educación de los jóvenes para la vida democrática.

En los importantes esfuerzos por negociar y consolidar los acuerdos de Paz, el gobierno y los educadores de Colombia han mantenido un firme compromiso en el papel de las escuelas en la educación de ciudadanos democráticos.Como parte de esos esfuerzos, la Ministra de Educación, Gina Parody, ha liderado una campaña vigorosa para asegurar que los estudiantes aprendan en la escuela que todos los niños tienen los mismos derechos y responsabilidades, y para eliminar la violencia y la discriminación de todo tipo en las escuelas.Estos esfuerzos de educación democrática incluyen programas para eliminar el acoso homofóbico y el “matonismo” que somete a los jóvenes a diversas formas de violencia socialmente sancionada por sus pares, las cuales han llevado a algunos jóvenes a suicidarse.Estos programas de educación cívica incluyen también programas que educan a los estudiantes de secundaria en la existencia de diversas identidades de género, incluyendo las identidades homosexuales.

Estos esfuerzos de la Ministro Parody, para proteger los derechos de los estudiantes homosexuales han generado oposición por parte de algunos líderes políticos, cívicos y religiosos en Colombia.La han acusado de promover una “ideología de género”, y de quitar los derechos de los padres a elegir la forma de educar a sus hijos sobre estos asuntos.La oposición a la Ministra Parody ha incluido ataques personales, con referencias a su condición de lesbiana como un intento de socavar su autoridad.

La Ministra Gina Parody, y quienes la han precedido en estos esfuerzos, son dignos de aplauso en la comprensión de que los derechos de los homosexuales son derechos humanos, y que el acoso homofóbico y el matonismo de cualquier tipo son prácticas salvajes, opuestas a la convivencia democrática, que todos los educadores de todo el mundo deben cooperar para abolir. En sus esfuerzos por enseñar a los estudiantes a entender que todas las personas son fundamentalmente iguales, que todas tienen los mismos derechos, que tenemos que aprender a aceptar nuestras diferencias como una fuente de fortaleza, esenciales para permitirnos colaborar en la importante tarea de mejorar el mundo, y que la democracia requiere el cultivo de la razón humana, asistida por la ciencia, para que podamos construir sociedades que avancen el bienestar de todos, el trabajo de la Ministra Parody está totalmente alineado con la visión de aquellos audaces líderes, Miranda, Bolívar, Bello, Sarmiento, que forjaron la esperanza de que la gente común pudiera gobernarse a sí misma en las Américas, y que comprendieron que la democracia sólo es posible con ciudadanos con cultura democrática. Gina Parody contribuye a que las escuelas en Colombia den un paso más en el largo arco de la justicia y de la democracia.

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