Un grupo de policías pateando a un manifestante , Paris, Francia. ©Violeta Ayala #manif15sept
Llegamos alrededor de las 14:30 a la Bastilla, y justo cuando nos acercábamos a la protesta cientos de policías antidisturbios empezaron a bloquear las calles. Dejaron que mi compañero se quede filmando en media calle, mientras que a mí me llevaron hacia un lado de la acera, un oficial de la policía me preguntó sobre mi estado legal en Francia, pensé que era una pregunta tramposa y si le digo que soy boliviana, capaz y termino detenida, peor aun con la paranoia antiinmigrante que reina en Europa, aprovechando de mi segunda nacionalidad, le respondí "Soy una periodista australiana" y en un par de segundos todo se convirtió en un caos. La policía atacó básicamente a cualquiera que estuviese en frente de ellos, le rompieron el cráneo a un hombre viejo y golpearon violentamente a otro manifestante justo en frente mío.
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Miles de manifestantes de diferentes edades y razas, incluidos niños en cochecitos, caminaron hacía la plaza de la République, coreando cánticos en contra una nueva ley laboral que debilita los derechos de los trabajadores. "El pueblo unido jamás será vencido" y "El capitalismo apesta" cantaban los manifestantes. "Ya es nuestra protesta número 14, realmente odio el capitalismo" me dice una joven rubia llena de tatuajes, "El sistema es racista y no funciona" complementa su amiga negra, ambas unas adolescentes.
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La mayoría de la protesta apenas ingresó a la plaza y se fue por la derecha, mientras un grupo de jóvenes manifestantes se quedo en la plaza de la République, donde empezaron nuevamente los enfrentamientos con la policía, que lanzaba gases lacrimógenos y gases pimienta, a los que los manifestantes, respondían esporádicamente con bombas molotov.
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Mientras la tensión crecía, una manifestante empezó a ofrecer flores a los policías, solo uno de ellos aceptó un rosa blanca
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Nosotros nos fuimos cuando diez policías estaban arrestando a un joven, pateándole la cabeza en el piso y tratando de cubrir lo que hacían de las cámaras, poniendo sus escudos en el piso y juntando sus botas, creando una barrera.
¿Liberté, égalité, fraternité? Ya no estoy tan segura.
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