El presidente de México, Enrique Peña Nieto, comenzó el 2015 con números poco halagadores en los sondeos sobre su aprobación. Según una encuesta del Diario Reforma, los ciudadanos otorgan un 5.0 de calificación a su gestión, mientras que los líderes empresariales y sociales, le dieron un 3.5.
La violencia rampante en algunos estados de la República Mexicana como Guerrero y Michoacán, una creciente crisis económica y escándalos de corrupción en su entorno más cercano, son los lastres del mandatario.
Para la respetada politóloga, Denise Dresser, el presidente es "un dinosaurio acorralado", que ofreció en campaña una renovación del sistema, pero que ha caído en los mismos vicios que eternizaron al PRI 75 años en el poder.
"La crisis está acorralando a Peña Nieto, no ha sabido responder de buena manera. Su respuesta ha sido ignorar o silenciar a la crítica, silenciar a los mensajeros, o nombrar a un secretario de la Función Pública para investigar el conflicto de interés, que llega al puesto con conflicto de interés porque es amigo y empleado del presidente, o lo ha llevado a culpar a los factores externos", dijo en el programa Aristegui de CNN.
"Vemos cómo el nuevo PRI, recurre a las viejas prácticas... vemos que la corrupción está anidada en todos los ámbitos de la vida pública de México con un sistema nacional anticorrupción que sigue subordinado al poder político", explicó.
Según la doctora, los bajos índices de aprobación son "un gran sentir popular de descontento, ciudadanos que ven sobre todo en el ámbito económico, un sexenio que va siendo cada vez más fallido".
Los ciudadanos "ven a un gobierno cada vez más corrupto y cada vez más incompetente", agregó.
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Peña Nieto por su parte, respondió que las encuestas de popularidad no son su prioridad, sino tomar las mejores decisiones para el país.
"Realmente no hemos hecho un esfuerzo para trabajar para la popularidad, sino por realmente asegurar que México tenga calidad de vida en su población, haya condiciones de mayor bienestar... No trabajo ni dedico mi empeño a colocarme medallitas", declaró en entrevista.
El jefe del ejecutivo ha defendido las reformas estructurales que con tanto empeño realizó en su primer año de gestión. En materia de seguridad, aseguró que hay avances evidentes.
"Incluso los más escépticos, los más críticos, reconocen que hay índices de una mejor seguridad, que la tasa de homicidios dolosos vinculados al crimen organizado o no vinculados ha disminuido; que las extorsiones han disminuido, esto en relación a lo que teníamos apenas dos años; que las extorsiones han disminuido; que los robos con violencia han disminuido; que el secuestro está disminuyendo", dijo en un acto público.
La imagen de Peña Nieto no es la única en América Latina que se desmorona. Hay un ambiente de malestar en toda la región, propiciada por los casos de corrupción que estallan por igual en Brasil que en Chile. Dilma Rousseff, Michelle Bachelet, Nicolás Maduro y Cristina Fernández, han visto como se desvanece su popularidad dramáticamente.