Ya sabíamos que las pompas de gasolina y hasta nuestra propia cartera podían ser algunos de los lugares más contaminados que tocamos a diario. Y ahora resulta que también debemos prestarle especial atención a nuestro escritorio en la oficina, el cual pudiera representar una de las superficies más propicias para contraer una enfermedad.
Un reciente estudio realizado por Kimberly-Clark Professional y la Universidad de Arizona, examinó unas 5,000 superficies de oficinas que ofrecían desde servicios legales hasta médicos, utilizadas por unas 3,000 personas a diario. Esto para medir los niveles de trisfosfato de adenosina, una sustancia encontrada en animales, mohos, levaduras, bacterias y células vegetales.
Hallazgos mostraron que las superficies de cuartos de descanso compartidos, así como los objetos más utilizados del escritorio, entre ellos, teléfonos, fuentes de agua o teclados, son algunos de los espacios más intoxicados.
Y aun cuando el estudio no relaciona directamente los altos niveles de bacterias con alguna enfermedad en particular, expertos aseguran que los resultados indican que es más fácil contraer una condición provocada por estos organismos si estás constantemente expuestos a ellos.
Investigadores concluyen: "Este estudio demuestra que la contaminación se encuentra a través de todo el lugar de trabajo y tiene el potencial de llegar a las personas donde ellos comen y preparan sus comidas, así como en cualquier otro lugar... Nadie puede evadirlo por completo, pero al limpiar, los empleados pueden reducir sus (posibilidades) de adquirir un resfriado, gripe o condición estomacal en un 80 por ciento".
Un estudio pasado, llevado a cabo por Initial Washroom Hygiene, mostró además que el hecho de que las oficinas sean cada vez lugares menos higiénicos podría ser propiciado por la tendencia de algunos empleados de tomar su almuerzo frente a sus computadoras, ensuciando así sus alrededores y acumulando más basura. De hecho, pruebas realizadas demostraron que el 'mouse' de la computadora suele ser el objeto más sucio sobre un escritorio, ya que contiene tres veces más bacterias que un asiento de inodoro promedio.
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