Cuando el amor se encuentra en el aire

Aunque hay muchas historias de horror en los aviones, también existen las historias felices de quienes quedan literalmente "enamorados del avión", o mejor dicho, enamorados de otro pasajero de su vuelo.
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¿Cuántas veces hemos escuchado historias de horror de pasajeros que viajan en avión? Que si hay muchos niños llorando, otros viajeros roncando, los que nunca te dejan pasar entre asientos cuando necesitas levantarte o de los que les ha tocado un vecino de asiento que cree en el "dos por uno" y piensa que ha pagado dos asientos para viajar cómodamente casi encima del vecino.

Todos los que viajamos alguna vez nos hemos topado por lo menos con una de estas situaciones. Pero como todo en la vida, la moneda tiene dos caras, y también hay las historias felices, aunque menos frecuente, de quienes quedan literalmente "enamorados del avión", o mejor dicho, enamorados de otro pasajero de su vuelo.

De eso sabe Yolanda "Yoly" Mason, conocida bloguera boricua de 43 años, quien no tenía idea de que en un vuelo de American Airlines de Orlando, Florida a San Juan, Puerto Rico, iba a conocer el amor de su vida. Todavía recuerda que ese sábado, 26 de octubre de 2002, llegó temprano al aeropuerto porque quería cambiar el asiento previamente asignado en su reservación.

"Algo me decía que cambiara mi asiento. El día antes fue mi cumpleaños y me había amanecido celebrando con mis amigos en Orlando. Así que cuando me senté lo único en lo que yo pensaba era dormir una siestita antes de llegar a San Juan", dijo Mason que regresaba a la Isla por primera vez después de haberse mudado a los Estados Unidos, para celebrar el primer año de su primer sobrino.

Ronny Mason, de Ohio, también viajaba a la Isla, pero por asuntos de trabajo. Fue uno de los últimos pasajeros en abordar el avión. "En aquel entonces, que por cierto no había iPhones, no se podía tener los celulares prendidos. Recuerdo que él llevaba una conversación en un tono muy fuerte (se escuchaba muy enojado) y la azafata hasta lo amenazó con bajarlo del avión si no apagaba su celular. Por supuesto, yo pensé que me había tocado una persona cascarrabias al lado mío y pensé que la siesta iba a ser una buena decisión", añadió la también empresaria.

Llegado el momento de ordenar las bebidas, él la despertó y ella recordando el incidente del cascarrabias, se limitó a contestar con monosílabos y atinó a decirle "Sorry Sir, my English is not good", a lo que él contestó "No worries, we have three hours to fix it". De ese inglés no tan bueno de ella y el deseo de él de hablar, más las tres horas que tuvieron para resolver los malos entendidos del idioma, salió una extensa charla de computadoras y sus empleos. "Vi que no tenía sortija de casado o una marca de sol de la sortija y me sentí un poco mejor de hablar con ese pasajero tan extrovertido", explicó Yoly.


Yolanda y Ronny Mason en 2013.

A punto de aterrizar él le pidió intercambiar números de teléfono, y aunque ella pensó que no era la costumbre entre latinos, se animó porque reconoce que con aquel hombre que vestía muy bien, hubo atracción física de inmediato.

Caminaron juntos hasta el área de maletas y se dijeron adiós. Por la noche, él la llamó la invitó a un almuerzo al día siguiente al que irían compañeros de trabajo de él.

En la misma semana con una invitación a cenar, él conoció a la hermana y cuñado de ella, quienes dieron prácticamente el "visto bueno" después de la cena. "Creía que él diría que no iría cuando le dije que iba con mi hermana, porque ¿quién quiere conocer a la familia en la primera cita? Pero el plan de que él cancelara la comida, me salió mal o muy bien, porque él fue y la pasamos excelente".

Aunque no viajaron juntos al regreso, se vieron inmediatamente. "Es difícil explicar, quizás es que los dos ya pasábamos de los 30 (él tiene ahora 50), y es un poco más fácil hablar con franqueza pero disfrutábamos mucho de nuestras conversaciones. Desde ese misma semana estamos juntos".

Yolanda señala que como él viajaba tanto, para ellos fue una transición bastante rápida. El andaba buscando casa para mudarse a Orlando y ella le ofreció que se mudara con ella, aunque en un principio era como tener un roomate de fin de semana. Pero destaca que les ayudó que hablaban mucho por teléfono y que él es un excelente comunicador. "Eso siempre ha sido clave en nuestra relación".

El resto es historia. Fue él mismo quien le dijo que llamara a sus padres en Puerto Rico para avisarles de su relación y en su próximo viaje fueron juntos para él conocer al resto de la familia. El 4 de julio de 2004 le pidió matrimonio y luego de varios viajes pospuestos a Las Vegas, por ser un año de huracanes frecuentes en Orlando, lograron viajar y casarse en la misma fecha que se conocieron. La boda la hicieron en una capilla con webcams, para que sus respectivos papás pudiesen verlas.

Ahora viven en el oeste de Nueva York con su hermana, donde ella tiene su negocio de SavvyMujer.com, con el que escribe y hace videos sobre temas de finanzas personales, ahorros y vivir una vida abundante sin gastar una fortuna.

Para encontrar el amor "en el aire", Mason recomienda tener la mente abierta y buen sentido común. "Si me hubiese quedado en la mentalidad de que soy introvertida y no me gusta hablar con desconocidos esta relación nunca se hubiese dado. Hay que seguir tu intuición", concluyó.

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