CIUDAD DE MÉXICO - En el ojo del huracán y señalado como uno de los principales culpables del mal paso de los Pumas en la temporada, Alberto García Aspe, compareció este jueves ante los medios de comunicación para tratar de calmar los ánimos de la afición auriazul.
Después de un terrible domingo en que los aficionados abuchearon 90 minutos al nuevo entrenador, Mario Carillo, el vicepresidente deportivo, pidió paciencia y confió en que los resultados llegarán.
"Llegamos mucha gente nueva, otra salió. Estamos trabajando al 100% y estoy seguro que pronto las cosas van a salir de otra manera".
Carrillo salió campeón con el América en 2005, una afrenta que el fanático universitario no olvida, además en su paso como comentarista de ESPN, en varias ocasiones reafirmó su afición águila, cosa que según Aspe, ya estaba contemplada.
"Esperábamos que fuera así (el recibimiento), la afición es muy respetable, no nos queda más que trabajar para salir adelante y estoy convencido de que así será".
En la semana se especuló que se la ha puesto un ultimátum a Carillo para enderezar la nave, situación que negó contundentemente el ex seleccionado mexicano: "El señor Mario Carrillo tiene un contrato y se le va a respetar, no le podemos poner un plazo si sólo ha dirigido dos partidos".
García Aspe ha sido objeto de todo tipo de críticas, incluido el pasado entrenador, Joaquín del Olmo y el polémico Carlos Miloc. Al ser cuestionado, se negó a entrar en polémica con un escueto "no voy a opinar de eso".
Pumas quedó fuera de la Copa MX y en la Liga marcha en la 11a primera posición con 10 unidades. El próximo domingo visita a Chivas en partido con tintes de Clásico.
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