Admítelo: en algún momento u otro, probablemente soñaste en convertirte en atleta profesional.
Según estudios, los jugadores profesionales se ubican como las personas más importantes en la vida de los niños, luego de sus padres, así que hace sentido. Además, los atletas tienen fama, gloria, manejan Ferraris e incluso ganan premios ESPY. Sí, ser un profesional sonaba bastante bien.
Luego el mundo real te golpea…
No te sientas tan mal. Convertirte en un atleta de élite es difícil. Además, no todo son bailes de anotación y desfiles por las victorias. Los profesionales del deporte siempre están siendo acosados por los fans y los medios. Cada mal paso que den dentro y fuera del campo de juego es analizado y recordado. Lo peor de ser un atleta quizá sea el hecho de que sus momentos más incómodos ocurren frente a la mirada de todos.
Sí, sería genial ser un atleta profesional, pero he aquí 15 momentos que te harán alegrarte de que no lo seas:
--Esta nota fue publicada originalmente en inglés por Bill Bradley en HuffPost Sports. La traducción es de Sonia Ramírez.
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