Semáforos que se auto-organizan como aves, una propuesta de la UNAM

Un día, como casi cualquier día, me quejé del tránsito de la Ciudad de México en Twitter. Había padecido durante horas un congestionamiento vehicular por, aparentemente, ninguna razón que no fuera el mismo tránsito. Alguien vio mi mensaje y respondió: "mira las cosas que están haciendo los de la UNAM para resolver problemas de tránsito en la ciudad". Un link me llevó a otro link y di con esta historia que inicia con parvadas.

Al parecer, las aves no sólo son pasión de pintores, músicos y poetas. Los científicos también les tienen un aprecio muy especial.

Entrevisté a Carlos Gershenson, investigador mexicano que trabaja en la UNAM como cabeza del Departamento de Ciencias Computacionales y también líder del Laboratorio de Sistemas Auto-organizables. Me habló de "Ciudades Vivas". "Nuestra propuesta es tomar inspiración en los sistemas vivos para construir sistemas urbanos. Las parvadas son nuestro mejor ejemplo. No hay un ave líder dictando órdenes a los otros, pero toman decisiones muy complejas en grupo. Aunque siguen reglas simples, interactúan de forma tal que en su conjunto pueden lograr tareas de organización casi imposibles para un individuo", dice Gershenson.

Esta simulación de Bestiario.org lo explica muy bien. El comportamiento de las aves es una coreografía perfecta. No parece que sigan un orden establecido pero existen trayectorias ordenadas que apenas pueden percibirse, deciden rápido a partir de comportamientos simples, no chocan entre ellas, no se obstaculizan, no pierden ritmo. Jamás se separan.

"La mayoría de los problemas de una metrópoli cambian constantemente, por lo tanto es ilógico pensar que se resolverán con soluciones estáticas que no consideran el aspecto dinámico. Tratar de centralizar el control no funciona, por eso la apuesta es crear sistemas urbanos que se puedan adaptar con la misma velocidad en que los cambios suceden, así lo hacen las aves", dice Gershenson.

Uno de los proyectos más avanzados por el Laboratorio de Sistemas Auto-organizables son los semáforos que pueden gestionarse y comunicarse entre sí como pájaros en bandada.

"Como las aves, en este sistema de semáforos no hay un líder, cada uno toma la decisión respecto a sus vecinos con un método de reglas muy sencillo. El resultado es que las cargas de tránsito se regulan de una manera más inteligente". Cada semáforo tendría sensores para detectar la demanda vehicular y tomar una decisión en coordinación global.

Los beneficios de un sistema como éste podrían ser sorprendentes. De acuerdo a las simulaciones realizadas, los tiempos de espera por congestionamiento vehicular podrían reducirse a la mitad, sin contar el ahorro de gasolina, contaminación y estrés. Y un dato digno de destacar: la posible implementación de estos "semáforos ave" en toda la red primaria del Distrito Federal sería menor al costo de sólo una línea del Metrobús, ya no se hable de puentes, segundos pisos o vías de cuota.

Gershenson dice que iniciarán pruebas con este sistema de semáforos en la Ciudad Universitaria de la UNAM para luego tener un acercamiento más concreto con otras instancias de la Ciudad de México.

Nada sería mejor, para el caos de mi ciudad, que un "ángulo de aves dirigidas, unidas por la voz de un solo vuelo", así decía Neruda. Ni modo de no citarlo.