-"Mamá...estoy aburrido..." ¿Cuántas veces no he escuchado a Ángela y Diego, mis hijos de 9 y 6 años asegurar que "no tienen nada que hacer".
Seguramente al igual que yo, tú has escuchado a tus hijos, sobrinos o cualquier otro niño hablar de su aburrimiento. Y es que desafortunadamente los niños de esta época están acostumbrados a estímulos tecnológicos y pasivos para divertirse. Lamentablemente la mayoría de estos estímulos no dejan que el niño desarrolle al máximo sus capacidades cognitivas ni su imaginación.
He notado también que mis hijos no se divierten con juguetes. Tienen muchos, como la mayoría de los chicos de hoy, pero aparentemente según me explicaba una psicóloga, ese exceso de juguetes los distrae de poder concentrarse en uno que a su vez les permita recrear historias, personajes, situaciones y vivir un mundo de fantasía que por ende les daría horas de entretenimiento.
Cansada de la tan temida frase "Estoy aburrido" decidí hacer una lista de las cosas que he notado funcionan para evitar esas caritas largas. Aquí les va:
- Cámbiale una vez a la semana el orden de los juguetes. Si puedes esconde algunos y ve haciendo una especie de rotación. Verás que tu niño centra su atención en unos cuantos juguetes y tarda más tiempo jugando con ellos que con un montón de ellos que simplemente le distraen.
- No planifiques todo. Si bien el orden es importantísimo en la vida de un niño, al igual que una rutina, no lo llenes de actividades extracurriculares en ese afán de que no se aburra. Mi hija un día me pidió dejarla "descansar" de tantas actividades vespertinas pues... se aburría. Si tienes el presupuesto, dos clases a la semana son más que suficientes. Si tu presupuesto es un poco limitado para ese tipo de clases, hazles una especie de horario en el que le establezcas qué hacer por ejemplo el martes por la tarde. Tal vez sea algo sencillo como dibujar, moldear con plastilina o ayudarle a hacer un pastel, dependiendo de su edad. El niño esperará ansioso el momento de su actividad, pero no estará atiborrado de las mismas.
- Incúlcale el valor de la lectura. No hay mejor hábito que leer. Si desde pequeño se le enseña que puede viajar a mundos inimaginables y conocer personajes increíbles a través de un libro, nunca se aburrirá. Si es muy pequeño para leer por sí mismo, entonces léele tú. Pero no dejes que la lectura se quede sólo en lectura. Pregúntale al niño cual fue su personaje preferido en la historia, o pídele que te describa qué hubiese hecho él en caso de verse en la misma situación que la del "súperhéroe". Si tiene el tiempo, pídele que recree la historia disfrazándose o tal vez con títeres o a través de dibujos. Diego, mi hijo, todavía esconde orgulloso el "tesoro escondido" que le hice buscar... igual al del Capitán Garfio de su cuento preferido.
- Al patio. Intenta en la manera de lo posible que jueguen en exteriores, así sea en el pequeño patio de tu casa. El aire libre siempre le hace bien a los niños y estimula toda su creatividad.
- Y por último... fuera culpas. Hay días en que por mucho que lo intentes los niños se van a aburrir, punto. Tal cual te aburres tú. Lo que yo hago cuando algo así me pasa es sugerirles qué hacer pero no siempre les doy la solución a su aburrimiento. A veces el mismo aburrimiento sirve para canalizar su imaginación y encontrar una actividad que le dé horas de esparcimiento y a ti, un tiempo para ti misma.
¿QUÉ HACES TÚ PARA ENTRETENER A LOS NIÑOS?
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