La violencia de género parece morbosamente disfrutar el protagonismo terrible que está teniendo con tanta resonancia en los titulares de los medios a nivel mundial en los últimos meses, de variadas formas, todas condenables.
Meses atrás el protagonista era el jugador de la NFL Ray Rice por la brutal paliza que le propinó en aquel entonces a su prometida -ahora esposa- Janay Palmer, donde casi la mata, dejándola inconsciente y tratándola como una bolsa de ropa sucia luego de estrellarle la cabeza contra el pasamanos del elevador del hotel en Las Vegas donde se encontraban.
Mucho antes fue el deportista paralímpico Oscar Pistorious, quien asesinó a sangre fría a su novia, irónicamente un 14 de febrero. Su defensa alegó siempre que era en legítima defensa ya que él supuestamente pensaba que Reeva Steenkamp, su novia, quien se encontraba tras la puerta del baño era un intruso.
De apenas horas reventó el escándalo de un nuevo episodio de violencia de género con Rocío Oliva, prometida de Diego Armando Maradona, quien publicaría un video de éste golpeándola a mano abierta, aparentemente bajo la influencia de drogas o alcohol.
Cuando a las 24 horas de darse a conocer el video de Ray Rice dando manotazos a su esposa con valiente cobardía, y ésta saliera a defenderlo clamando que la opinión pública los había destruido, asombró a nivel mundial esta reacción y contrario a lo que Janay necesitaba, fue atacada y vapuleada de todas las formas posibles.
Oliva, la prometida de Maradona repite el patrón de Janay Palmer y de millones de mujeres víctimas de violencia de género, el sentimiento de culpa y arrepentimiento de ver cómo su agresor es blanco de ataques y posibles acciones legales. Cuando existen hijos entre la pareja este patrón se hace presente con más fortaleza y dando al agresor un espectro mayor para ejercer la violencia, ya que puede ejercerse chantaje utilizando a los hijos, la manutención económica, etc. Quienes son de naturaleza violenta/agresiva siempre utilizarán la manipulación como herramienta principal, haciendo sentir culpable y responsable de todo lo que sucede, disminuyendo considerablemente su autoestima entre otras cosas.
Hace tan solo horas, Rocío compartiera a través de su cuenta de Twitter el siguiente trino:
@rogeraldineoliv
"yo sola contra todo un ejército de gente que nos quiere destruir no puedo.."
Este mensaje que ha despertado reacciones considerablemente absurdas, que me hicieron llevar las manos a la cabeza. Luego de semejante barbaridad, de ser golpeada, todavía hay mujeres que le dicen que perdone la agresión, que si lo ama "tiene" que dejar pasar la situación, inclusive otras invitándola a que ella baje la cabeza y lo re-conquiste porque él vale la pena. ¡Auxilio! Como mujer, como ser humano, me siento profundamente alarmada por estas respuestas y actitudes enfermizas que ponen en evidencia un problema serio de autoestima, de cultura y de información de evidencia entre las latinas, a quienes por lo general nos enseñan que la sumisión es un acto de amor y nada más lejos de la realidad, es quizá el primer acto de agresión a nosotras mismas.
Si pensábamos que no era ya alarmante todo, el agresor en esta historia, Maradona, presentó cargos contra su prometida, para horas más tarde levantaros, "perdonarla" y mandarla a llevar a Dubái, donde se encuentra la leyenda del fútbol.
De esta tara social no se escapan muchas (os) porque, aunque no se percaten, de alguna y otra forma en su mayoría hemos sido víctimas de violencia de género.
Hace unos años atrás salía con un músico, y para no explayarme mucho en detalles, estuve a punto de ser víctima a plenitud de este horror de nuestra sociedad tan presente entre latinos. Me agredió verbalmente y de inmediato lo frené y corté, que es lo que hay que hacer de inmediato con estos personajes tóxicos y destructores. De ser necesario denunciar y resguardar nuestra vida.
Cualquier forma de agresión es imperdonable, mis estimados, llámese verbal, económica, sexual o física, entre las muchas que existen. Todo lo que vaya en detrimento de nuestro ser, usando la violencia como bandera, así sea usando el amor como excusa, hay que bloquearlo y sacarlo al instante de nuestras vidas.
Estas personas, así como sus víctimas, deben sumergirse en terapia psicológica, pero lejos y distantes la una de la otra. Existen casos de personas que se recuperan, pero son contados; lo recomendado por expertos es tomar kilométrica distancia desde todo punto de vista de los maltratadores y dejar todo en manos de la justicia.
Antes que "luchar" por recuperar al agresor (a) lucha por recuperarte tú, tu dignidad, tu autoestima y tu ser, porque sin ti mismo (a) la ecuación de la salud emocional simplemente está incompleta.
Ámate lo suficiente como para alejarte de la violencia y la toxicidad, porque eres prioridad. No te dejes engañar, hay muchos monstruos de rostros amables...
Te invito a que observes el video y como siempre déjame saber qué piensas a través de mis redes sociales:
En Twitter: @barretoleyva
En Facebook: www.facebook.com/pages/Jennifer-Barreto-Leyva/
¡Hasta la próxima
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