Las chicas necesitamos soporte

"Mami, creo que la mamá de 'D' no usa brasier: Se le ven los pechos como gelatinosos...". Sí, así es como comienzan algunos de mis días, mientras llevo a mi hija a la escuela y ella me comparte su muy personal -y a veces genuinamente sorprendido- punto de vista sobre lo que observa a su alrededor.

Tiene siete años y mucha curiosidad acerca de las diferencias entre niños y niñas, así que no me toma demasiado por sorpresa que se haya fijado en la mamá de su amiguita, quien efectivamente no suele usar sostén y sí tops con escote revelador.

Decido no regañarla por estar de mirona de las tetas ajenas, sino explicarle varios hechos y reflexiones al respecto: "Bueno, Mini, el uso del brassier es cultural: Eso quiere decir que es una decisión que las mujeres pueden tomar sin que sea obligatorio. De hecho, en varios países de Europa, América y África, es común que las mujeres no usen sostén. Sin embargo, yo considero que es más cómodo y, en efecto, me parece que ayuda a que no se pongan tan 'gelatinosos', porque es un área que no tiene muchos músculos que lo sostengan naturalmente, y pueden ser pesados".

Las madres somos la figura femenina más poderosa en la formación de la mente de los niños. Las madres propias y ajenas; como muestra esta anécdota.

Conscientemente, estoy explicándole a mi hija las razones del cuidado que considero indispensables tener para un busto sano: un buen sostén de la talla correcta y, más adelante, la importancia de la auto exploración de los senos, como forma de detección de cáncer de mama. Además, gran parte de su autopercepción física tendrá que ver con qué tan cómoda se sienta con sus senos cuando se desarrolle como mujer. No poca cosa.

Los consejos y hábitos para mantener los delicados tejidos pectorales en la mejor forma, son simples e intuitivos, pero siempre importantes de recordar:

1. Utiliza un brasier con la talla y el diseño adecuado a tu físico: Mientras más grande y pesado tengas el pecho, más ancho deben tener los tirantes y el área de la espalda, para dar mejor sostén, prevenir dolores de cuello y espalda, así como evitar la deformación del busto y la flacidez.

Olvídate de los bras que se te encajan, te pican o te dejan marca, porque no están sirviendo verdaderamente.

2. Consume frutas, verduras y fibras. Ayudarán a que tengas mejores defensas, además de dar a la piel más fuerza y elasticidad.

3. Es fundamental conservar tu peso, para que no aumente la cantidad de grasa del área pectoral y force los músculos y la piel.

4. El agua es indispensable para que la fibra que comes (ver punto 2.) verdaderamente ayude a tu intestino a deshacerse de lo que no es bueno para tu cuerpo y lograr el punto 3.

5. Cuida tu posición: Espero que hayas llegado a leer este punto con la espalda recta y el abdomen apretado. Si no fue así, ¿qué esperas para tomar esa postura? Así le ayudas a los pectorales a mantener firme y en su lugar a cada seno.

6. Los ejercicios que ayudan a fortalecer el busto, son todos aquellos que te obligan a usar músculos que sólo sabes que existen cuando te duelen. Así que enfócate en natación, levantamiento de pesas moderado y pilates. Las lagartijas (push-ups) también ayudan y, mi favorita es apretar entre las palmas de las manos una pelota de tenis, manteniendo los codos doblados y a la altura de los hombros.

7. El área del cuello y pecho tiene piel delgada que tiende a dañarse con facilidad con los rayos ultra violeta y los radicales libres, así que pueden hacer lucir tu escote avejentado. Usa diariamente protector solar sin olvidar esa zona.

8. Durante la noche, ¡no comprimas tu busto! Es fácil decidir ponerse un sostén deportivo o dormir boca abajo, pero dale un respiro a la delicada zona y evita caer en esas tentaciones aplastantes.

9. ¿Quieres un lift instantáneo, diario y barato? Deja que, en la ducha, le caiga agua fría a los senos. Los geles cosméticos para darles firmeza contienen algún ingrediente refrescante como el mentol, para generar la misma reacción de contracción de los músculos.

10. Planea tus autoexploraciones mamarias cada mes, y no dejes de tenerlas cuando vas al ginecólogo. Junto con el Papanicolaou anual, es indispensable que te haga una revisión del tamaño de los ganglios y exámenes extra si existe alguna sospecha de tumores. Si eres mayor de 40 años, debes realizarte, además, una mamografía anualmente.

Un día les contaré mi muy personal historia con los senos femeninos, pero la conclusión que puedo compartir es que la única persona que realmente se hará cargo de esa parte de nuestra anatomía somos cada una de nosotras. Así que, ¡manos al pecho, porque se vale tocar!

Te invito a que te enteres de las marcas y productos que tienen campañas de ayuda a iniciativas para ayudar a enfermas de cáncer de mama dando click aquí, ya que octubre se pinta de rosa y es el mes de la concientización sobre esta enfermedad.

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